La búsqueda constante de tratamientos efectivos para el rejuvenecimiento y la remodelación corporal ha llevado al desarrollo de técnicas cada vez más efectivas. Entre estas, la carboxiterapia y el tratamiento de LPG han destacado por sus beneficios individuales. Sin embargo, la combinación de ambas terapias ha demostrado sinergias notables en el mejoramiento de la salud y apariencia de la piel, así como en la reducción de adiposidades localizadas.
La Celulitis es una enfermedad del tejido subcutáneo, que afecta a un 99% de las mujeres en mayor o menor medida. Un verdadero quebradero de cabeza ya que no es sólo cuestión de sobrepeso, esta temida “piel de naranja” puede aparecer aún cuando estés delgada o en tu peso ideal.
A medida que envejecemos, más toxinas quedan atrapadas y se acumulan en nuestras células. Los fluidos corporales se vuelven más gruesos, nuestro proceso de renovación constante se ralentiza y la auto limpieza se vuelve más difícil, dando como resultado a la aparición de celulitis, retención de líquidos y sobrepeso.
Con el Dermapen estimulamos la producción propia de colágeno cutáneo, se equilibra la secreción sebácea, se reducen los poros abiertos y la piel queda visiblemente más firme, las arrugas se rellenan y la mejoría se aprecia desde la primera sesión. Si además sumamos la actividad del MEI (corrientes galvánicas) a este tratamiento en la misma sesión, aumentaremos la llegada de los nutrientes a la piel ya que la capacidad de absorción en la piel, está muy aumentada en ese momento.
